El protagonista de esta historia tenía muchísimos juguetes y se aburría. Entonces subió al desván, que estaba vacío. Allí descubrió un mundo maravilloso que podía transformarse en muchos otros: jugó con una araña, se recostó a descansar cerca de una colonia de escarabajos, voló y se hizo un amigo. Su madre sostiene que en la casa no hay desván, pero claro, ella no conoce la escalera que conduce a él…
Recomendado para los y las más grandes del Jardín.
Editorial: Fondo de Cultura Económica
